Que la biotecnología está revolucionando el mundo nadie lo discute y Bioceres es la compañía argentina que está apostando todas las fichas a esta transformación Fuente: La Capital
Además de integrar más accionistas a sus filas, la firma está trabajando en desarrollo de tecnología de punta, como es el caso de las semillas con tolerancia a sequía y a salinidad. También proyecta este año extenderse a Uruguay y el mes próximo, poner en pleno funcionamiento el Instituto de Agrobiotecnología Rosario (Indear) en el Parque Científico Tecnológico. Así lo confirmó la gerente de la firma, Mariana Giacobbe, quien explicó que la obtención de una patente es una de las tareas más arduas a la hora de la expansión de los negocios.
—¿En qué estuvo trabajando la compañía durante 2009?
—El año 2009 se caracterizó por lograr patentes en Estados Unidos, una propiedad compartida con el Conicet y la Universidad Nacional del Litoral. Es un hito para una compañía argentina. Estamos avanzando con patentes en otros países en un gen tolerante a sequía y salinidad. Otra cuestión clave fue la patente obtenida de forteleza del ciclo defensivo también en convenio con la UNL y otra de promotores.
—¿Cuándo estarán disponibles en el mercado?
—Lo que te da la patente es la propiedad por 20 años y cómo generar estas tecnologías. Hicimos patentes en varios países como la Argentina, India, México y Australia. Cada uno hizo su análisis. Vamos avanzando con la investigación. Si bien las hemos sublicenciado, el producto no va a salir antes del 2016 porque hay procesos que cumplir, desde el punto de vista regulatorio, de producción. La sequía y la salinidad son problemas muy importantes para el mundo. Estamos probando estos desarrollos en trigo, maiz y soja, para estabilizar rendimientos y aumentar el rinde por hectárea.
—También firmaron un convenio con Advanta India ¿De qué se trata?
—Es para otros cultivos como sorgo, mostaza, colza, arroz y algodón. Estamos en las etapas iniciales. El mayor objetivo es India, no la Argentina. También hay patentes para India y China para alimentación y energía. Estamos avanzando con otros países pero cada uno tiene su juridisprudencia y una de las cosas que tarda más es el otorgamiento de las patentes.
—¿Como está el tema de las patentes?
—Es un tema nuevo. El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inpi) tiene demasiada cantidad de patentes y no tienen tiempo de evaluarlas. La patente tiene una vida útil de 20 años que empieza a correr al momento de la solicitud, por lo cual, es complejo para la compañía porque en el medio alguien puede decir que es propia. Hay una ley de patentes, pero el tema es el tiempo que lleva evaluarla y cómo lograr que haya una protección previa para durante el período de investigación. Se podría pensar en una patente provisoria.
—¿Han ampliado la cantidad de accionistas?
—Si, lo hemos ampliado. Se incorporó gente de otros países. Se define el plan del directorio en función de las necesidades financieras. No cotizamos en Bolsa pero vemos que las personas puedan comprar. Vamos agregando acciniostas y todo tene que ver con la filosofía de la compaña, estamos en un negocio de alto riesgo y de mucho tiempo. La idea es lograr que muchos pongan poca plata y no que pocos mucha. Entonces se reduce el riesgo.
—¿Cuáles son los planes futuros?
—Este año estamos haciendo los primeros ensayos a campo de trigo, maiz, y soja sobre salinidad y sequía. En trigo dio buenos resultados. También el lanzamiento de otras variedades de soja, sorgo y trigo, en la parte comercial.