Una serie de recomendaciones para prevenir daños en los dispositivos electrónicos ante posibles apagones y picos de tensión Durante el verano, las altas temperaturas que generan picos en el uso del aire acondicionado provocan que la capacidad de la red eléctrica se encuentre exigida al límite.
Ante este panorama, las precauciones habituales que se suelen adoptar es la desconexión de la red eléctrica de los electrodomésticos o equipos informáticos apenas se advierten los primeros cortes. Observar cómo varía la potencia lumínica de una lamparita incandescente no alcanza. Entonces, ¿cómo distinguir un mal suministro energético, con microcortes o una tensión vacilante?
Como viene sucediendo en los últimos años, el consumo energético no afloja en los días calurosos. Como detalló LA NACION en ediciones anteriores , existen diversos dispositivos que permiten que las computadoras eviten un cierre imprevisto del sistema operativo, que puede derivar en problemas de software o daños en el disco rígido u otro componente del equipo.
Existen equipos denominados UPS (Uninterruptible Power Supply, o sistema de alimentación ininterrumpida) que, como su nombre lo indica, permiten que la computadora disponga de unos minutos adicionales de energía ante un corte de luz imprevisto.
Asimismo, disponen de diversas características que amplían sus capacidades. No sólo son un conjunto de baterías, ya que cuentan con la posibilidad de estabilizar la tensión ante un suministro energético pobre, con baja tensión o microcortes.
Existen diversos modelos y capacidades, pero no todo es mágico: hay que entender que las posibilidades que brinda una UPS son limitadas en el tiempo. No se pueden sobrecargar con varios dispositivos electrónicos, ya que el rendimiento no sería el óptimo.