La Ley de Software permite un beneficio fiscal importante frente a la presión fiscal que sufren las empresas. Ella permite tener un crédito de un 70% sobre las contribuciones patronales efectivamente pagadas por la empresa y una deducción del 60% en impuesto a las ganancias.
“Los beneficios que proporciona hacen mucho más competitivas a las empresas en el mercado. Personalmente trabajo desde 2006 con esta Ley y las firmas que han ingresado han sido muy beneficiadas con esta deducción impositiva”, afirma Alicia Macoritto.
Sin embargo, la ley no sólo aporta facilidades en términos fiscales sino que también al exigir el cumplimiento de normas de calidad, los empleados en relación de dependencia y establecer auditorías anuales, obliga a lograr formalidad y orden en las actividades.
“Se trata de una implementación muy esperada. Las empresas que ingresaron en 2006 han tenido muy buenos resultados y a partir de ahí, como la ley se suspendió desde 2011 hasta hoy, hubo muchas firmas interesadas en ingresar que no lo podían hacer”, concluyó Macoritto